Ha pasado un año desde aquel accidente de tránsito en el que le cambió la vida al señor Cáceres.
Julián Cáceres era una persona muy importante dentro de la industria tecnológica ya que era experto en programación y todo lo relacionado a la ciberseguridad.
En Argentina era contratado por las empresas más importantes del país vivía en un departamento en Puerto Madero, su vida era emocionante.
La mayor parte de su tiempo se la pasaba creando o modificando programas para grandes empresas y en sus tiempos libres salía a correr o viajaba por el mundo.
Pero todo eso cambiaría hace menos de un año cuando un auto lo atropelló y lo dejó parapléjico.
Hoy desde su silla de ruedas su único motivo para vivir es encontrar al culpable de su tragedia y luego de haber estado seis meses en coma solo piensa en vengarse.
Capítulo 1
En la facultad de medicina se encontraba dando un discurso el candidato a presidente, Jorge Guzmán.
Es un hombre poco simpático y está en la política desde que terminó el secundario allá por los años noventa. La gente lo aprecia bastante y según las encuestas es el candidato con mayor porcentaje para ser presidente.
En Buenos Aires comenzaba el otoño y en la televisión y la radio solo se habla de la inflación y de la guerra entre Rusia y Ucrania.
El señor Guzmán luego de un discurso exitoso y aceptado por la crítica se dirige a su casa en su auto deportivo importado. Se lo veía feliz hablando por teléfono de lo bien que le iba en su campaña llega a su casa y cuando ingresa abraza a su mujer pero nota en ella una cara extraña, como si fuera de preocupación. Ella se aleja y le entrega un sobre y le dice:
-Llego esto para vos- el tomo el sobre desconcertado y al mirar el mismo notó que en el dorso tenía un cuervo dibujado.
Capítulo 2
Día lluvioso en Buenos Aires y en Twitter el político Guzmán es tendencia por su gran campaña electoral, mientras que este se encontraba reunido con su abogado en la oficina que tiene dentro del Congreso.
-No te preocupes, investigaremos quien está detrás de esto-.Le dice el abogado a Guzmán mirando una foto.
-¡Esto es un chantaje!, no voy a permitir que un don nadie me ensucie mi carrera-. Acotó muy enojado el señor Guzmán.
El sobre estaba abierto sobre el escritorio y la foto que miraba el abogado era la imagen de un auto tomada por una cámara de seguridad en el momento justo que choca a una persona y escrito con color rojo sobre la misma había un número de cuenta bancaria.
El político no podía más de los nervios y ya se había fumado medio paquete de cigarrillos de 20. Suspendió todas las reuniones que tenía para ese día y no se movió de su oficina hasta encontrar una solución. Sabía que esa foto lo perjudicaba y que si dejaba que eso salga a la luz sería el final de su campaña política y su sueño de ser presidente quedaría en el olvido.
Capítulo 3
Media noche en Buenos Aires, la lluvia ha cesado y en la televisión los canales de noticias solo hablan de las reuniones canceladas misteriosamente del candidato a presidente Jorge Guzmán.
Jorge ya estaba en su casa pensando en que mañana todo se arreglaría y que el dueño de ese sobre sería descubierto y atrapado por la seguridad nacional.
Sin embargo mientras miraba el resumen de un partido de San Lorenzo en la televisión de repente le suena el celular. Era un mensaje anónimo y no salía el número ni el nombre del contacto. Se coloca los lentes toma su móvil y lee el mensaje.
» En 48 horas $1.000.000 en la cuenta del cuervo o sino pagarás por tus pecados.» Es lo que se reflejaba en el mensaje. Su rostro pasó de color piel a color blanco en fracción de segundos, su latido aumentó y su respiración era más fuerte. No podía creer que nuevamente había recibido una amenaza y esta vez con tiempo límite. Llamó enseguida al jefe de seguridad y le comentó lo sucedido pidiéndole de forma urgente que encuentre al responsable de estas amenazas.
Capítulo 4
Tres de la mañana en Buenos Aires, clima frío y desolador en las calles porteñas. Un grupo comando de policías rastrearon el posible domicilio del sospechoso que amenazaba al político y allí se dirigían. La ubicación coincidía con el departamento del programador y en unos pocos segundos violentaron la puerta e ingresaron a punta de pistolas buscando al culpable.
El señor Cáceres yacía en su silla de ruedas esperándolos con un cuervo posado sobre su hombro derecho. La policía sin mediar palabra alguna lo arresta y lo lleva lejos de la ciudad para evitar que periodistas vean la situación. El cuervo del susto salió volando por una ventana.
Al programador le colocaron una bolsa negra en la cabeza para que no pudiera ver donde lo llevaban. La camioneta donde tenían al detenido recorrió más de dos horas y frenó en frente de una casa rodeada de árboles sin personas o casas alrededor. Bajaron al programador esposado y lo sentaron dentro de la casa en una silla de madera y allí permaneció por un tiempo prolongado.
Capítulo 5
Mañana templada en Buenos Aires, muchos medios de comunicación se encuentran a las afueras de la casa de Jorge Guzmán con motivos de saber por qué canceló las reuniones y a que se debe su silencio y ausencia pública. Mientras tanto en algún lugar remoto se producía un encuentro inesperado.
Una mano le saca la bolsa de la cabeza al programador y ambos se quedan atónitos al mirarse.
-Al fin conozco la cara del cuervo-.Dijo el señor Guzmán con gran odio en su rostro.
-Al fin conozco al responsable de mi silla de ruedas-.Respondió el programador con su cara llena de ira.
-Me dejé atrapar, solo para que veas como me arruinaste la vida, como destruiste todos mis sueños y proyectos-. Se mordía los labios de la bronca que sentía y no podía disimularlo. El programador estaba poniendo en acción su plan de venganza, lo que no sabía si su arriesgada cuartada lo llevaría a la muerte.
-Tu eres nada más que un oportunista, como tantos otros que solo quieren sacar tajada de mi fortuna. Típico de un patético cuervo-. Apretando con fuerza su puño contestó Guzmán. Este no sabía si de lo que lo acusaba el programador era cierto, aunque sí reconoció que el auto de la foto era suyo.
-No quiero tu sucio dinero, solo quiero que reconozcas tu error y siendo un político reconocido y quién juró hacer el bien por la sociedad deberías pedir perdón públicamente y contar al país de tu secreto-. Gritó casi hasta quedarse sin voz desde aquella silla que lo sostenía.
El político se quedó sorprendido por la acusación y el tono en que lo dijo su secuestrado. Se puso tenso caminaba por alrededor de la silla y miraba a los policías que apuntaban al hombre indefenso. Luego de varios minutos de silencio el señor Guzmán dijo:
-Sabes, acá en la política nos manejamos diferente y si algo nos estorba o no nos sirve lo tenemos que limpiar, ¿Comprendes?- El político lanzó una frase maquiavélica que hasta los uniformados se estremecieron. El programador tragó saliva y sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Comprendo lo que dice señor, así de sucia y corrompida está nuestra Argentina por gente como tú. Estuve en coma 6 meses y a decir verdad ya no le temo a la muerte. Pero quiero dejarte algo en claro…- Casi en voz baja y mirándolo fijamente contestaba Julián. El político lo miró con dureza y miró nuevamente a los policías quienes esperaban una señal para disparar.
-Mañana usted tiene un acto en la cancha de San Lorenzo, le pido que ante esa multitud que lo estará viendo y escuchando, confiese su crimen y así quedaremos a mano-. Sentenció el programador.
El señor Guzmán lo mira con cara de lastima y larga una sonrisa sarcástica, mira su teléfono y acto seguido sale de la casa con los policías que custodiaban. Una vez afuera del lugar les dice al jefe del comando:
-¡Quema todo!-
Capítulo 6
Día nublado en Buenos Aires, todos están hablando del acto de cierre de campaña del político Jorge Guzmán que será en el club de San Lorenzo y que sería su aparición en público después del último acto en la facultad de medicina.
Mediodía en Boedo, el estadio está repleto de gente con pancartas y banderas, miles de policías custodian la zona y centenares de periodistas de todos los medios están presentes. Todo está listo para el cierre de campaña. Una pantalla gigante se asoma sobre el escenario que muestra las obras hechas por el partido político del señor Guzmán.
Ahí está, gran ovación se siente en las gradas, el señor Guzmán se hace presente en el atril colocado estratégicamente en las tarimas del escenario. Saluda simpáticamente a la gente y a su derecha se encontraba su esposa con un rostro poco amigable y no miraba a su marido.
El discurso llevaba una hora y el público escuchaba atentamente su oratoria. En un instante el señor Guzmán pensó en el programador y sus palabras le resonaban en la cabeza. Pero sabía que confesando su crimen su vida estaría acabada.
De pronto la pantalla gigante de atrás se apagó y los espectadores esperaban un video o alguna publicidad de campaña. El político miró a su alrededor y no entendía porque se había apagado la pantalla. Acto seguido un gran cuervo apareció en la pantalla y la gente se sorprendió mientras que una pequeña fracción de la multitud festejaba ya que a los hinchas del club San Lorenzo se los conoce como cuervos.
De repente aparece en pantalla el señor programador sentado en la silla de ruedas, Guzmán mira a los operadores de video y les pide que saquen eso pero estos le hacen seña que no pueden apagar la pantalla.
-Hola me llamo Julián Cáceres y si están viendo este video es porque ya no estoy con vida. A continuación verán un video en donde el hombre que ahora está dando el discurso me atropella con su auto y se da a la fuga. Dejándome abandonado y con daños irreversibles de por vida. Estuve medio año en coma y este señor jamás apareció por el hospital. Solo pido que se haga justicia y que este hombre pague por sus pecados- Se volvió a apagar la pantalla y luego de un par de segundos comenzó a correr el video de una cámara de seguridad donde muestra el accidente de tránsito provocado por el señor candidato a presidente Jorge Guzmán.
El público quedó en silencio y con sus caras de asombro, mientras que los custodios del político lo sacaban del escenario.
A lo lejos se escuchó una voz femenina gritando -¡Arréstenlo!-
Guzmán gira sobre su hombro y no podía creer que su esposa estaba ordenando a la policía que lo detuvieran. Dos efectivos policiales separan a los custodios toman de los brazos al político y le colocan las esposas. La gente empezó a repudiar al señor Guzmán quien tuvo que ser sacado del predio rápidamente por las fuerzas de seguridad.
A dos horas de allí un cuervo sobrevolaba por una casa quemada por el fuego.
CONTINUARÁ…